Childstories.org
  • 1
  • Cuentos de
    hadas para niños
  • 2
  • Ordenados por
    tiempo de lectura
  • 3
  • Perfecto para
    leer en voz alta
El Gnomo
Grimm Märchen

El Gnomo - Cuento de hadas de los Hermanos Grimm

Tiempo de lectura para niños: 13 min

Vivía una vez un rey muy acaudalado que tenía tres hijas, las cuales salían todos los días a pasear al jardín. El Rey, gran aficionado a toda clase de árboles hermosos, sentía una especial preferencia por uno, y a quien tomaba una de sus manzanas lo encantaba, hundiéndolo a cien brazas bajo tierra. Al llegar el otoño, los frutos colgaban del manzano, rojos como la sangre.

Las princesas iban todos los días a verlos, con la esperanza de que el viento los hiciera caer; pero jamás encontraron ninguno, aunque las ramas se inclinaban hasta el suelo, como si fueran a quebrarse por la carga. He aquí que a la menor de las hermanas le entró un antojo de probar la fruta, y dijo a las otras:

– Nuestro padre nos quiere demasiado para encantarnos; esto sólo debe de hacerlo con los extraños. Agarró una gran manzana, le hincó el diente y exclamó, dirigiéndose a sus hermanas:

– ¡Oh! ¡Probadla, queridas mías! En mi vida comí nada tan sabroso. Las otras mordieron, a su vez, el fruto, y en el mismo momento se hundieron las tres en tierra, y ya nadie supo más de ellas. Al mediodía, cuando el padre las llamó a la mesa, nadie pudo encontrarlas por ninguna parte, aunque las buscaron por todos los rincones del palacio y del jardín.

El Rey, acongojadísimo, mandó pregonar por todo el país que quien le devolviese a sus hijas se casaría con una de ellas. Fueron muchos los jóvenes que salieron en su busca, pues todo el mundo quería bien a las doncellas, por lo cariñosas que siempre se habían mostrado y, además, porque las tres eran muy hermosas. Partieron también tres cazadores, los cuales, al cabo de ocho días de marcha, llegaron a un gran palacio con magníficos aposentos. En uno de ellos encontraron una mesa puesta con apetitosas viandas, tan calientes que aún despedían vapor, pese a que en todo el palacio no aparecía un alma viviente.

Estuvieron ellos aguardando por espacio de medio día, y las viandas seguían sin enfriarse, hasta que al fin, hambrientos los cazadores, se sentaron a la mesa y comieron de lo que había en ella. Acordaron luego en quedarse a vivir en el castillo y en echar suertes con objeto de que, quedándose uno en él, salieran los otros dos en busca de las princesas. Así hicieron, y tocó al mayor quedarse; por tanto, los dos menores se pusieron en camino al día siguiente. A mediodía se presentó un diminuto hombrecito, que pidió un pedacito de pan.

El cazador cortó una rebanada del que había encontrado y la ofreció al hombrecito, pero éste la dejó caer al suelo y rogó al otro que la recogiera y se la diese. El mozo, complaciente, se inclinó, y entonces el enano, tomando un palo y agarrándolo por los cabellos, le propinó unos fuertes garrotazos. Al día siguiente le tocó el turno de quedarse en casa al segundo, y le pasó lo mismo. Cuando, al anochecer, llegaron al palacio los otros dos, dijo el mayor:

– ¿Qué tal lo has pasado?

– Pues muy mal – respondió el otro, y se contaron mutuamente sus percances; sin embargo, nada dijeron al menor, a quien no querían, y lo llamaban tonto, porque era un alma bendita. Al tercer día se quedó el menor en el castillo, y, presentándose también el hombrecito, pidiéndole un pedazo de pan. Al dárselo el muchacho, lo dejó caer como de costumbre y le rogó se lo recogiese. Pero el muchacho le replicó:

– ¡Cómo! ¿No puedes recogerlo tú mismo? Si tan poco trabajo quieres darte para ganarte la comida, no mereces que te la den. Enojado el hombrecito, lo intimido a obedecerle; pero el otro, ni corto ni perezoso, agarró al enano y lo golpeó de lo lindo. El hombrecito se puso a gritar:

– ¡Basta, basta, suéltame! Te diré dónde están las tres princesas. Al oír esto, el muchacho interrumpió el vapuleo, y el enano le contó que era un gnomo, un espíritu de la Tierra, y como él había más de mil. Le dijo que fuese con él, y le indicaría dónde se encontraban las hijas del Rey. Llevándolo ante un profundo pozo sin agua, le dijo que sabía que sus compañeros no lo querían y que, si deseaba rescatar a las princesas, debía hacerlo él solo. Sus dos hermanos también lo pretendían, pero sin someterse a fatiga ni peligro alguno.

Para desencantarlas era preciso que se proveyese de una gran cesta, su cuchillo de monte y una campanilla, y, así dotado de lo necesario, debía bajar al fondo del pozo. Allí encontraría tres habitaciones, en cada una de las cuales vivía una princesa, ocupada en rascar las cabezas de un dragón, que tenía muchas. Él debería cortarle las cabezas. Cuando el hombrecito le ha revelado todo esto, desapareció. Al anochecer regresaron los dos hermanos y le preguntaron cómo había pasado el día.

– ¡Muy bien! – respondió él. – No he visto un alma, excepto a mediodía, en que se me presentó un hombrecito y me pidió un pedazo de pan. Al dárselo, él lo dejo caer y me pidió que se lo recogiese. Yo me negué; él me amenazó; yo no lo consentí, le sacudí de lo lindo. Entonces, el enano me reveló dónde se encontraban las princesas. Al oír el relato, los hermanos se pusieron furiosos, pálidos y verdes de cólera. A la mañana siguiente fueron los tres al pozo y echaron suertes sobre quién se metería primero en la cesta. Tocó al mayor, quien, agarrando la campanilla, dijo:

– Cuando la haga sonar, súbanme rápidamente. Apenas había descendido unas pocas brazas, se escuchó arriba el son de la campanilla, por lo que los dos se apresuraron en subirlo. Con el segundo ocurrió lo mismo, y, tocándole luego al tercero, se hizo bajar hasta el fondo. Saliendo entonces de la cesta y empujando su cuchillo de monte, se avecinó a la primera puerta y pegó el oído a ella, oyendo cómo el dragón roncaba ruidosamente.

Abrió con cautela la puerta y vio a una de las princesas ocupada en acariciar las nueve cabezas de un dragón, apoyadas en su regazo. Empuñando el cuchillo, las cortó todas de una sola cuchillada, y la princesa, poniéndose de pie de un salto, se arrojó a su cuello y lo besó con todo su corazón; luego, quitándose un dije de oro viejo que llevaba sobre el pecho, lo colgó del cuello de su libertador.

Pasó entonces el joven al recinto de la segunda princesa y la desencantó también, después de matar a un dragón de siete cabezas. Y, finalmente, salvó a la tercera princesa, condenada a acariciar un dragón de cuatro cabezas. Y ahí tienen a las tres hijas del Rey preguntándose mil cosas, abrazándose y besándose una y mil veces. Mientras tanto, el joven suena la campanilla, hasta que, por fin, lo escucharon los de arriba. Hizo subir entonces a las tres princesas, una tras otra; pero cuando le tocó el turno a él, le vinieron a la mente las palabras del gnomo, o sea, que sus hermanos querían jugarle una mala treta.

Tomó una gruesa piedra y la cargó en la cesta; y, en efecto, al llegar ésta a la mitad del pozo, cortaron los hermanos la cuerda, y la cesta con la piedra cayeron al fondo. Creyendo los malvados que ya el menor estaba muerto, se marcharon con las tres hijas del Rey, obligándolas antes a jurar que dirían a su padre que los dos hermanos mayores las habían salvado. Y así, presentándose ante el Rey, pidió cada uno de ellos la mano de una princesa. Entretanto, el más joven de los hermanos cazadores vagaba tristemente por los tres aposentos, temiendo que habría de morir allí. Vio una flauta que colgaba de una pared y se preguntó:

– ¿Por qué estará aquí? ¿Quién puede sentirse alegre en estos lugares? Y, mirando las cabezas de los dragones, dijo: – Tampoco ustedes pueden servirme para nada. – Y, así, siguió paseando de arriba abajo, muchísimas veces, que el pavimento quedó completamente liso. Cambiando, al fin, de ideas, descolgó la flauta de la pared y se puso a tocar una melodía, y he aquí que de repente se le presentaron un número incontable de gnomos; y a cada nueva tonada llegaban más. Y así siguió tocando, hasta que la habitación estuvo atestada de ellos. Le preguntaron qué deseaba, y él respondió que su deseo era volver a la superficie, a la luz del día.

Entonces, tomándole cada uno por un cabello, remontaron el vuelo y lo subieron a la tierra. Ya en ella, corrió el joven al palacio, donde se estaban preparando las fiestas de la boda de una princesa, y entró en la sala en que el Rey se hallaba reunido con sus hijas. Al verlo las doncellas cayeron sin sentido, y el Rey, furioso, mandó que se le encerrase en una prisión, creyendo que había causado algún daño a sus hijas. Pero, al volver éstas en sí, rogaron a su padre que lo pusiera en libertad; al preguntarles el Rey el motivo de su petición, ellas respondieron que les estaba vedado revelarlo.

Les dijo entonces el padre que lo contasen a la chimenea; él salió de la pieza, aplicó el oído a la puerta, y de este modo se enteró de lo sucedido. Hizo ahorcar a los dos perversos hermanos y concedió al menor la mano de una de las princesas. Y yo me puse un par de zapatos de cristal, di contra una piedra, oí „¡clinc!“ y se partieron en dos.

LanguagesLearn languages. Double-tap on a word.Learn languages in context with Childstories.org and Deepl.com.

Antecedentes

Interpretaciones

Lengua

„El Gnomo“ es un cuento poco conocido de los Hermanos Grimm que sigue las aventuras de tres cazadores en su intento de rescatar a tres princesas encantadas. En el relato, un rey pierde a sus hijas después de que caen bajo un hechizo por comer una manzana prohibida de un árbol mágico en su jardín. Un gnomo malévolo, responsable del hechizo, guarda a las princesas cautivas, obligándolas a cuidar a dragones de múltiples cabezas.

La narración se centra en los cazadores que buscan a las princesas para ganarse la mano de una de ellas en matrimonio. Los dos hermanos mayores fracasan en su intento de derrotar al gnomo y los dragones debido a su cobardía y falta de compasión. Por otro lado, el hermano menor, a menudo menospreciado por los otros dos, demuestra valentía, astucia y amabilidad, cualidades que finalmente lo llevan al éxito en su misión.

El cuento aborda temas clásicos de los cuentos de hadas, como la traición, la virtud recompensada y el triunfo del bien sobre el mal. El uso de elementos fantásticos, como el gnomo, el árbol mágico y los dragones, realza la atmósfera mágica del relato. Al final, tras superar engaños y peligros, el cazador más joven es reconocido por su heroísmo y se casa con una de las princesas, mientras que sus hermanos traicioneros reciben su merecido castigo. „El Gnomo“ combina el misterio y la encantadora narrativa de los cuentos de hadas con una moraleja sobre la importancia de la amabilidad, la valentía y la integridad personal.

El cuento „El Gnomo“ de los hermanos Grimm es una historia rica en simbolismo y lecciones morales. Aquí hay algunas interpretaciones y análisis posibles:

La Tentación y sus Consecuencias: La historia comienza con las tres princesas atraídas por las tentadoras manzanas del jardín, una clara referencia al símbolo bíblico de la manzana como fuente de tentación y caída. La desobediencia y la sobreconfianza en la indulgencia del padre resultan en su desaparición, lo que nos recuerda que incluso en entornos seguros, hay reglas que deben respetarse.

El Valor y la Determinación: A través del personaje del hermano menor, la historia destaca cómo el coraje, la amabilidad y la capacidad de no dejarse intimidar por los obstáculos pueden enfrentar adversidades. Su habilidad para tratar al gnomo con firmeza y luego confiar en su intuición lo llevan al éxito.

La Traición y la Justicia: Los hermanos mayores simbolizan la envidia y la traición, ya que buscan beneficiarse sin haber hecho el trabajo requerido para ganar su recompensa. La resolución de la historia, donde se hace justicia al hermano menor, subraya la importancia de la integridad y su recompensa final, así como las consecuencias de la deslealtad.

El Poder de la Música y la Comunidad: La flauta, al convocar a los gnomos, representa cómo el arte y la música pueden unir a la comunidad en tiempos de necesidad. También es una metáfora para la capacidad de encontrar soluciones creativas a los problemas.

Roles de Género y Heroísmo: El cuento también refleja valores tradicionales de género y heroísmo en el que el protagonista masculino rescata a las damas en apuros, un tema común en los cuentos de hadas. Sin embargo, el relato finalmente recompensa la bondad y valentía sin consideración de origen, lo cual es una enseñanza atemporal.

„El Gnomo“ es una narración que, aunque sigue la estructura clásica de los cuentos de hadas con sus personajes arquetípicos, también ofrece profundas lecciones sobre la moralidad, la justicia y la virtud.

El relato „El Gnomo“ de los Hermanos Grimm es una historia de cuento de hadas que incorpora varios elementos tradicionales del género, como princesas, reyes, pruebas y encantamientos. El análisis lingüístico de este cuento puede centrarse en varios aspectos:

Estructura Narrativa: La historia sigue la estructura típica de los cuentos de hadas, con una introducción que presenta los personajes y el conflicto, un desarrollo donde se suceden pruebas o aventuras, y una resolución final. El cuento empieza con una situación de equilibrio (la vida en el palacio), introduce un conflicto (la desaparición de las princesas), y concluye con un nuevo equilibrio (el retorno de las princesas y el castigo de los malos hermanos).

Personajes: Los personajes arquetípicos están bien definidos: el rey triste y desesperado, las princesas bellas y deseadas, los cazadores aventureros, y el gnomo como figura mágica que ayuda a resolver el conflicto. El protagonismo recae en el hermano menor, a menudo caracterizado como „tonto“ en los cuentos, pero que se muestra inteligente y valiente, subvirtiendo las expectativas iniciales.

Elementos Mágicos: El uso de elementos encantados como las manzanas del árbol y la existencia de seres mágicos como los gnomos son características del género que ayudan a construir un mundo donde lo imposible es posible. Los dragones, como símbolos de la prueba heroica, y la flauta mágica como herramienta de salvación, enriquecen la atmósfera mágica del cuento.

Motivos y Temas: La historia explora temas como la avaricia y la traición, representados por los hermanos mayores que intentan robar el mérito del hermano menor. La justicia y el valor son finalmente recompensados, con el hermano menor recibiendo su reconocimiento y el castigo de los hermanos traidores.

Estilo y Lenguaje: El lenguaje es simple y directo, característico de los cuentos de los Grimm, lo que facilita la comprensión y mantiene la atención en la narración. El uso del diálogo directo ayuda a revelar las personalidades de los personajes y a avanzar la trama de manera ágil.

Moral/Lección: Como muchos cuentos de hadas, „El Gnomo“ transmite una moral o lección. En este caso, la historia parece subrayar la importancia de la honestidad, la valentía y la bondad, mientras que castiga la codicia y el engaño.

La narrativa de „El Gnomo“ crea una experiencia envolvente y atemporal que mezcla lo cotidiano con lo fantástico, permitiendo a los lectores reflexionar sobre virtudes humanas en el contexto de un mundo mágico.


Información para el análisis científico

Indicador
Valor
NúmeroKHM 91
Aarne-Thompson-Uther ÍndiceATU Typ 301A
TraduccionesDE, EN, DA, ES, PT, IT, JA, NL, PL, RU, TR, VI, ZH
Índice de legibilidad de Björnsson40.9
Flesch-Reading-Ease Índice28.8
Flesch–Kincaid Grade-Level12
Gunning Fog Índice17.7
Coleman–Liau Índice9.9
SMOG Índice12
Índice de legibilidad automatizado8.4
Número de Caracteres8.906
Número de Letras6.941
Número de Frases86
Número de Palabras1.587
Promedio de Palabras por oración18,45
Palabras con más de 6 letras356
Porcentaje de palabras largas22.4%
Número de Sílabas2.989
Promedio de Sílabas por Palabra1,88
Palabras con tres Sílabas413
Porcentaje de palabras con tres sílabas26%
¿Preguntas, comentarios o informes de experiencias?

Los mejores cuentos de hadas

Copyright © 2025 -   Aviso legal | Protección de datos |Todos los derechos reservados Accionado por childstories.org

Keine Internetverbindung


Sie sind nicht mit dem Internet verbunden. Bitte überprüfen Sie Ihre Netzwerkverbindung.


Versuchen Sie Folgendes:


  • 1. Prüfen Sie Ihr Netzwerkkabel, ihren Router oder Ihr Smartphone

  • 2. Aktivieren Sie ihre Mobile Daten -oder WLAN-Verbindung erneut

  • 3. Prüfen Sie das Signal an Ihrem Standort

  • 4. Führen Sie eine Netzwerkdiagnose durch