Tiempo de lectura para niños: 10 min
Atención: Esta es una historia de miedo.
Éranse tres compañeros de oficio que habían convenido correr el mundo juntos y trabajar siempre en una misma ciudad. Llegó un momento, empero, en que sus patronos apenas les pagaban nada, por lo que se encontraron al cabo de sus recursos y no sabían de qué vivir. Dijo uno:
– ¿Cómo nos arreglaremos? No es posible seguir aquí por más tiempo. Tenemos que marcharnos, y si no encontramos trabajo en la próxima ciudad, nos pondremos de acuerdo con el maestro del gremio para que cada cual le escriba comunicándole el lugar en que se ha quedado; así podremos separarnos con la seguridad de que tendremos noticias los unos de los otros. Los demás convinieron en que esta solución era la más acertada, y se pusieron en camino. A poco se encontraron con un hombre, ricamente vestido, que les preguntó quiénes eran.
– Somos operarios que buscamos trabajo. Hasta ahora hemos vivido juntos, pero si no hallamos acomodo para los tres, nos separaremos.
– No hay que apurarse por eso – dijo el hombre -. Si os avenís a hacer lo que yo os diga, no os faltará trabajo ni dinero. Hasta llegaréis a ser grandes personajes, e iréis en coche. Respondió uno:
– Estamos dispuestos a hacerlo, siempre que no sea en perjuicio de nuestra alma y de nuestra salvación eterna.
– No – replicó, el desconocido -, no tengo interés alguno en ello -. Pero uno de los mozos le había mirado los pies y observó que tenía uno de caballo y otro de hombre, por lo cual no quiso saber nada de él. Mas el diablo declaró:
– Estad tranquilos. No voy a la caza de vuestras almas, sino de otra que es ya mía en una buena parte, y sólo falta que colme la medida. Ante esta seguridad aceptaron la oferta, y el diablo les explicó lo que quería de ellos. El primero contestaría siempre de esta forma a todas las preguntas: „Los tres“; el segundo: „Por dinero,“ y el último: „Era justo.“ Debían repetirlas siempre por el mismo orden, absteniéndose de pronunciar ninguna palabra más. Y si infringían el mandato, se quedarían inmediatamente sin dinero, mientras que si lo cumplían, tendrían siempre los bolsillos llenos. De momento les dio todo el que podían llevar, ordenándoles que, al llegar a la ciudad, se dirigiesen a una determinada hospedería, cuyas señas les dio. Hiciéronlo ellos así, y salió a recibirlos el posadero, preguntándoles – ¿Queréis comer? A lo cual respondió el primero:
– Los tres.
– Desde luego – respondió el hombre -; ya me lo suponía. Y el segundo añadió:
– Por dinero. Naturalmente! – exclamó el dueño. Y el tercero:
– Y era justo.
– ¡Claro que es justo! – dijo el posadero. Después que hubieron comido y bebido bien, llegó el momento de pagar la cuenta, que el dueño entregó a uno de ellos.
– Los tres – dijo éste.
– Por dinero – añadió el segundo.
– Y era justo – acabó el tercero.
– Desde luego que es justo – dijo el dueño -; pagan los tres, y sin dinero no puedo dar nada. Ellos le abonaron más de lo que les pedía, y al verlo, los demás huéspedes exclamaron:
– Esos individuos deben de estar locos.
– Sí, lo están – dijo el posadero -; les falta un tornillo. De este modo permanecieron varios días en la posada, sin pronunciar más palabras que: „Los tres,“ – „Por dinero,“ – „Era justo.“ Pero veían y sabían lo que allí pasaba. He aquí que un día llegó un gran comerciante con mucho dinero, y dijo al dueño:
– Señor posadero, guardadme esta cantidad, pues hay ahí tres obreros que me parecen muy raros, y temo que me roben. Llevó el posadero la maleta del viajero a su cuarto, y se dio cuenta de que estaba llena de oro. Entonces asignó a los tres compañeros una habitación en la planta baja, y acomodó al mercader en una del piso alto. A medianoche, cuando vio que todo el mundo dormía, entró con su mujer en el aposento del comerciante y lo asesinó de un hachazo. Cometido el crimen, fueron ambos a acostarse. A la mañana siguiente se produjo una gran conmoción en la posada, al ser encontrado el cuerpo del mercader muerto en su cama, bañado en sangre. El dueño dijo a todos los huéspedes, que se habían congregado en el lugar del crimen:
– Esto es obra de esos tres estrambóticos obreros -, lo cual fue confirmado por los presentes, que exclamaron:
– Nadie pudo haberlo hecho sino ellos. El dueño los mandó llamar y les preguntó:
– ¿Habéis matado al comerciante?
– Los tres – respondió el primero.
– Por dinero – añadió el segundo.
– Y era justo – dijo el último.
– Ya lo habéis oído -dijo el posadero -. Ellos mismos lo confiesan. En consecuencia, fueron conducidos a la cárcel, en espera de ser juzgados. Al ver que la cosa iba en serio, entróles un gran miedo; mas por la noche se les presentó el diablo y les dijo:
– Aguantad aún otro día y no echéis a perder vuestra suerte. No os tocarán un cabello de la cabeza. A la mañana siguiente comparecieron ante el tribunal, y el juez procedió al interrogatorio:
– ¿Sois vosotros los asesinos? – Los tres.
– ¿Por qué matasteis al comerciante? – Por dinero.
– ¡Bribones! – exclamó el juez -. ¿Y no habéis retrocedido ante el crimen?
– Era justo.
– Han confesado y siguen contumaces – dijo el juez -. Que sean ejecutados enseguida. Fueron conducidos al lugar del suplicio, y el posadero figuraba entre los espectadores. Cuando los ayudantes del verdugo los habían subido al patíbulo, donde el ejecutor aguardaba con la espada desnuda, de pronto se presentó un coche tirado por cuatro caballos alazanes, lanzados a todo galope. Y, desde la ventanilla, un personaje, envuelto en una capa blanca, venía haciendo signos. Dijo el verdugo:
– Llega el indulto – y, en efecto, desde el coche gritaban: „¡Gracia, ¡gracia!.“ Saltó del coche el diablo, en figura de noble caballero, magníficamente ataviado, y dijo:
– Los tres sois inocentes. Ya podéis hablar. Decid lo que habéis visto y oído. Y dijo entonces el mayor:
– Nosotros no asesinamos al comerciante. El culpable está entre los espectadores – y señaló al posadero -. Y en prueba de ello, que vayan a la bodega de su casa, donde encontrarán otras muchas víctimas. Fueron enviados los alguaciles a comprobar la verdad de la acusación, y cuando lo hubieron comunicado al juez, éste ordenó que fuese decapitado el criminal. Dijo entonces el diablo a los tres compañeros.
– Ahora ya tengo el alma que quería. Quedáis libres, y con dinero para toda vuestra vida.

Antecedentes
Interpretaciones
Lengua
„Los tres operarios“ es un cuento fascinante de los Hermanos Grimm que sigue la estructura tradicional de los cuentos de hadas, donde elementos sobrenaturales y morales juegan roles cruciales en el desarrollo de la historia. En esta narración, tres compañeros de oficio salen en busca de trabajo, y, al enfrentarse a la miseria, terminan encontrándose con el diablo disfrazado de un hombre rico. A cambio de riquezas, los tres amigos deben responder siempre con las mismas tres frases a cualquier pregunta. Aunque estas frases les complican la vida al verse implicados en el crimen de un comerciante, el astuto plan del diablo se revela al final, asegurando que se haga justicia, castigando al verdadero culpable y salvando a los inocentes.
Este cuento destaca por la forma en que introduce una serie de pruebas morales y dilemas éticos para sus personajes. Los amigos, pese a aceptar un trato con el diablo, se mantienen fieles al mismo sin confligir con sus principios, asegurando así su salvación. La narrativa resalta temas como la justicia, la verdad, y la astucia, mostrando que incluso cuando las apariencias pueden ser engañosas, la verdad eventualmente sale a la luz.
Al final, como en muchos cuentos de los Hermanos Grimm, se reflajde la dualidad del bien y el mal y los inevitables castigos y recompensas que sobrevienen de nuestras acciones.
El cuento „Los tres operarios“ de los Hermanos Grimm es una historia que explora temas como la tentación, la moralidad, y la justicia. En el relato, tres compañeros de oficio se ven engañados por el diablo, quien les ofrece riquezas a cambio de seguir reglas específicas para hablar. Estos operarios, aunque se muestran reacios al principio, aceptan bajo la promesa de no perjudicar su salvación eterna. A lo largo de la historia, el diablo pone a prueba su lealtad y compromiso con el acuerdo, mientras se desarrollan los eventos que llevan al desenlace final.
En términos de interpretación, el cuento refleja la tentación de la riqueza fácil y las consecuencias de transigir con principios morales. El diablo, a menudo un símbolo del mal y la tentación en la literatura, representa la posibilidad de obtener ganancias materiales a cambio de lealtad y silencio ante las injusticias. Los tres operarios aceptan esta oferta bajo ciertas condiciones, mostrando una lucha interna entre sus necesidades terrenales y sus principios éticos.
El final del cuento lleva a una resolución inesperada, en la que el mal es desenmascarado y castigado, mientras que los operarios, inocentes a pesar de las circunstancias, son liberados y recompensados. Esto puede interpretarse como una reafirmación de la justicia divina y la idea de que, aunque las apariencias o las confesiones puedan apuntar a la culpa, la verdad prevalecerá y los inocentes serán exonerados.
En esencia, „Los tres operarios“ trata sobre las elecciones morales y las tentaciones a las que todos se enfrentan, y cómo, al adherirse a la verdad y la justicia, uno puede encontrar salvación y recompensa. También destaca la idea de que el mal eventualmente se enfrenta a la retribución, a menudo a través de sus propios métodos o complicidades.
„Los tres operarios“ de los Hermanos Grimm es un cuento de hadas que ofrece diversas capas de análisis lingüístico y temático. Aquí te presento un breve análisis de varios aspectos:
Estructura Narrativa
Introducción: Presenta a los personajes principales (los tres operarios) y su dilema inicial (falta de empleo y recursos).
Desarrollo: Encuentro con un personaje enigmático (el diablo) que ofrece una solución a sus problemas, con una condición inusual.
Clímax: La interacción con el posadero y el asesinato del comerciante.
Desenlace: La revelación de la verdad sobre el crimen y la resolución del conflicto.
Tentación y Prueba: El cuento explora temas de tentación y acuerdos fáusticos. Los operarios hacen un pacto con el diablo, resaltando el dilema moral de aceptar ofertas que parecen demasiado buenas para ser ciertas.
Justicia y Redención: Aunque los operarios son implicados en un crimen que no cometieron, al final son absueltos, y el verdadero culpable es castigado. El cuento reitera la idea de que la justicia prevalece y la inocencia es vindicada.
Los Operarios: Representan el sentido común y la camaradería, aunque se muestran vulnerables ante la desesperación.
El Diablo: Tradicionalmente, un antagonista, pero aquí parece jugar un papel de juez que equilibra las cuentas al liberar a los inocentes y castigar al culpable.
Estilo y Lenguaje
Repetición: Las respuestas repetitivas de los operarios („Los tres“, „Por dinero“, „Era justo“) crean un ritmo casi absurdo, que refuerza la sensación de magia y lo sobrenatural.
Diálogo Directo: Predomina el uso del diálogo directo, lo que dota de dinamismo a la narración y da profundidad a los personajes.
Elementos Fantásticos: La presencia del diablo y los elementos mágicos (el pacto, el indulto milagroso) son típicos del cuento de hadas, subrayando temas morales.
Simbolismo
El Diablo: Un símbolo del mal y la tentación, pero también una figura de juicio en este contexto.
El Posadero: La codicia y la traición, que son castigadas al final, simbolizan el peligro de las malas acciones.
Este análisis revela cómo el cuento utiliza elementos tradicionales de los cuentos de hadas para abordar temas complejos de moralidad, justicia y redención, mientras mantiene un estilo narrativo que captura la atención del lector a través del uso de repetición y un final sorprendente.
Información para el análisis científico
Indicador | Valor |
---|---|
Número | KHM 120 |
Aarne-Thompson-Uther Índice | ATU Typ 360 |
Traducciones | DE, EN, ES, PT, IT, JA, NL, PL, RU, TR, VI, ZH |
Índice de legibilidad de Björnsson | 32.8 |
Flesch-Reading-Ease Índice | 29.2 |
Flesch–Kincaid Grade-Level | 11.8 |
Gunning Fog Índice | 15.9 |
Coleman–Liau Índice | 11 |
SMOG Índice | 12 |
Índice de legibilidad automatizado | 5.4 |
Número de Caracteres | 6.279 |
Número de Letras | 4.836 |
Número de Frases | 99 |
Número de Palabras | 1.060 |
Promedio de Palabras por oración | 10,71 |
Palabras con más de 6 letras | 234 |
Porcentaje de palabras largas | 22.1% |
Número de Sílabas | 2.089 |
Promedio de Sílabas por Palabra | 1,97 |
Palabras con tres Sílabas | 308 |
Porcentaje de palabras con tres sílabas | 29.1% |