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Gente lista
Grimm Märchen

Gente lista - Cuento de hadas de los Hermanos Grimm

Tiempo de lectura para niños: 12 min

Un buen día sacó un campesino del rincón su vara de ojaranzo y dijo a su mujer:

– Lina, me marcho de viaje y no regresaré antes de tres días. Si, entretanto, viene el ganadero y quiere comprar nuestras tres vacas, se las puedes vender por doscientos ducados. Ni uno menos, ¿entiendes?

– Márchate en el nombre de Dios – respondióle su esposa -; lo haré como dices.

– Mira – advirtióle el hombre – que desde niña eres dura de meollo y siempre lo serás. Pero atiende bien a lo que te digo. No hagas tonterías, o te pondré la espalda morada y no con pintura, sino con este palo que tengo en la mano, y que te costará un año volver a tu color natural, te lo garantizo. Y, con ello, el hombre se puso en camino. A la mañana siguiente se presentó el tratante, y la mujer no tuvo necesidad de gastar muchas palabras. Cuando el mercader hubo examinado el ganado y supo el precio, dijo:

– Estoy dispuesto a pagarlo; estos animalitos lo valen. Me los llevo. Y, soltándolos de la cadena, los sacó del establo. Pero cuando se dirigía con ellos a la puerta de la granja, la mujer, cogiéndole de la manga, le dijo:

– Antes tenéis que entregarme los doscientos ducados; de lo contrario no os los llevaréis.

– Tenéis razón – respondió el ganadero -. Me olvidé de coger el bolso. Pero no os preocupéis, que os daré una buena garantía de pago. Me llevaré dos vacas y os dejaré la tercera en prenda; no está mal la fianza. Así lo creyó la mujer, y dejó que el tratante se marchase con las dos reses, pensando: „¡Qué contento va a ponerse Juan cuando sepa lo lista que he sido!.“

A los tres días regresó el campesino, tal como había anunciado, y su primera pregunta fue si estaban vendidas las vacas.

– Sí, marido mío – respondió la mujer -, y por doscientos ducados, como me dijiste. Apenas los valían, pero el hombre se las quedó sin regatear.

– ¿Dónde está el dinero?

– No lo tengo todavía, pues el tratante se había olvidado el bolso; pero no tardará en traerlo; me ha dejado una buena fianza.

– ¿Qué fianza?

– Una de las tres vacas; no se la llevará hasta que haya pagado las otras. No dirás que no he sido lista; fíjate: me he quedado con la más pequeña, que es la que menos come. El hombre montó en cólera y, levantando el palo, se dispuso a propinarle la paliza prometida. Pero de pronto, bajándolo, dijo:

– Eres la criatura más necia que Dios echó jamás sobre la Tierra; pero me das lástima. Saldré al camino y esperaré tres días a ver si encuentro a alguien que sea aún más tonto que tú. Sí lo encuentro, te ahorrarás los palos; pero si no, prepárate a recibir la paga que te prometí, pues no pienso dejar nada por saldar. Salió al camino y se puso a esperar los acontecimientos, sentado en una piedra. En esto vio acercarse una carreta, guiada por una mujer, que iba de pie en el centro, en vez de ir sentada en el montón de paja puesto al lado, o de andar a pie conduciendo los bueyes. Pensó el hombre: „De seguro que esa mujer es una de las personas que ando buscando.“ Se levantó, pues, y se puso a correr de un lado a otro delante de la carreta, como si no estuviera en sus cabales.

– ¿Qué os pasa, compadre? – preguntó la mujer -. ¿De dónde venís, que no os conozco?

– He caído del cielo – respondió el hombre – y no sé cómo volver allí. ¿No podríais llevarme?

– No – contestó la mujer -, no sé el camino. Pero si venís del cielo, seguramente podréis decirme qué tal lo pasa mi marido, que murió hace tres años. Sin duda lo habréis visto.

– Cierto que lo he visto; pero no todo el mundo lo pasa bien allí. Vuestro marido guarda ovejas, y las benditas reses le dan mucha fatiga, pues trepan a las montañas y se extravían por el bosque, y él no para de correr tras ellas para reunirlas. Además, va muy roto; las ropas se le caen a pedazos. Allí no hay sastres; San Pedro no deja entrar a ninguno; ya debéis saberlo por los cuentos.

– ¡Quién lo hubiera pensado! – exclamó la mujer -. ¿Sabéis qué? Iré a buscar su traje de los domingos, que aún está colgado en el armario, y que él podrá llevar allí con mucha honra. Me vais a hacer el favor de llevárselo.

– ¡Ni pensarlo! – replicó el campesino -; en el cielo nadie lleva traje; se lo quitan a uno al pasar la puerta.

– ¡Oídme! – dijo la mujer -. Ayer vendí el trigo, y por una bonita suma; se la enviaré. Si os metéis el dinero en el bolsillo, nadie lo notará.

– Si no hay otro remedio – respondió el labrador -, estoy dispuesto a haceros este favor.

– Pues aguardadme aquí – dijo ella -; vuelvo a casa por la bolsa y no tardaré en volver. Voy de pie en la carreta, en lugar de sentarme sobre la paja, para que los bueyes no tengan que llevar tanto peso. Y puso en marcha a los animales, mientras el campesino pensaba: „Esta mujer es tonta de capirote; si de verdad me trae el dinero, la mía podrá considerarse afortunada, pues se habrá ahorrado los palos.“ Al cabo de poco rato volvió la campesina corriendo con el dinero, y lo metió ella misma en el bolso del hombre. Al despedirse, diole las gracias mil y mil veces por su complacencia. Cuando la mujer llegó nuevamente a su casa, su hijo acababa de regresar del campo. Contóle las extrañas cosas que había oído, y añadió:

– Me alegro mucho de haber encontrado esta oportunidad de poder enviar algo a mi pobre marido. ¿Quién habría pensado jamás que en el cielo pudiese faltarle algo? El hijo se quedó profundamente admirado.

– Madre – dijo -, eso de que uno baje del cielo no ocurre todos los días. Salgo a buscar a ese hombre; me gustaría saber cómo andan de trabajo por allí. Y ensilló el caballo y partió a buen trote. Encontró al campesino bajo un árbol cuando se disponía a contar el dinero de la bolsa.

– ¿No habéis visto a un hombre que venía del cielo? – preguntóle el mozo.

– Sí – respondió el labrador -, pero se ha vuelto ya, tomando un atajo que pasa por aquella montaña. Al galope, todavía podréis alcanzarlo.

– ¡Ay! – exclamó el mozo -. Estoy rendido de trabajar todo el día, y el venir hasta aquí ha acabado con mis fuerzas. Vos, que conocéis al hombre, ¿queréis montar en mi caballo, ir en su busca y persuadirlo de que vuelva aquí? „¡Ajá! – pensó el campesino – ¡he aquí otro que tiene flojos los tornillos!.“ Y, dirigiéndose al mozo, le dijo:

– ¡Pues no faltaba más! Montó en el animal y emprendió un trote ligero. El muchacho se quedó aguardándolo hasta la noche, pero el campesino no volvió. „Seguramente – pensó el joven -, el hombre del cielo llevaría mucha prisa y no quiso volver, y el campesino le habrá dado el caballo para que lo entregue a mi padre.“ Y regresó a su casa y contó a su madre lo ocurrido: que había enviado el caballo a su padre para que no tuviese que correr a pie de un lado para otro.

– Has hecho muy bien – respondióle la madre -. Tú aún tienes buenas piernas y puedes andar a pie. Cuando el campesino estuvo en su casa, puso el caballo en la cuadra junto a la tercera vaca. subió adonde estaba su mujer, y le dijo:

– Lina, has tenido suerte, pues he dado con dos que son aún más bobos que tú. Por esta vez te ahorrarás la paliza; pero te la guardo para la próxima ocasión. Y, encendiendo la pipa y arrellanándose en el sillón, prosiguió -: Ha sido un buen negocio; por dos vacas flacas he obtenido un buen caballo y un buen bolso de dinero. Si la tontería fuese siempre tan productiva, habría que tenerla en alta estima. Tal fue el pensamiento del campesino. Pero estoy seguro de que tú prefieres a los listos.

Lea otro cuento corto de hadas (5 min)

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Antecedentes del cuento de hadas

„Gente lista“ es uno de esos cuentos con una mezcla de humor y moraleja que los Hermanos Grimm solían crear. En esta historia, el campesino se ve inicialmente frustrado con su esposa por su ingenuidad al realizar una transacción comercial. Sin embargo, su búsqueda de alguien aún más „bobo“ que su mujer le lleva a encontrar situaciones incluso más absurdas, resultando en una ganancia inesperada.

La historia presenta una visión humorística de la tontería y la astucia. La esposa, a pesar de su simpleza, no sufre las consecuencias del castigo prometido porque el destino del esposo da un giro irónico: encuentra a personas aún más ingenuas. La moraleja, aunque no explícita, podría ser que la astucia a veces está en ver las oportunidades en situaciones inesperadas y que la fortuna puede estar del lado de quien sabe aprovecharlas, incluso sin buscarlo.

Este cuento también refleja un rasgo común en las historias tradicionales: la idea de que la simpleza o ingenuidad no siempre resultan en desgracia, y que a veces, las acciones de personajes „ingenuos“ terminan teniendo resultados positivos, aunque sea por pura casualidad. Además, nos recuerda que los prejuicios sobre la inteligencia pueden ser engañosos, ya que lo que podría considerarse tontería puede llevar a situaciones inesperadas y beneficiosas.

Interpretaciones del cuento de hadas

El cuento „Gente lista“ de los Hermanos Grimm es un relato que explora la noción de necedad frente a astucia, empleando el humor y la ironía para subrayar la importancia del sentido común. En esta historia, se presenta a un campesino que, frustrado por la supuesta ignorancia de su esposa, decide buscar a alguien más tonto que ella para evitar darle una paliza. Al final, encuentra no solo a una persona, sino a dos, que superan en tontería lo que creía posible, volcando su frustración en beneficio inesperado.

La intención detrás de la historia es criticar la superficialidad en el juicio de las personas y poner en evidencia cómo la percepción de inteligencia puede ser relativa. Las acciones del campesino, en su intento de probar la necedad de los demás, lo llevan a obtener ventajas que no habría anticipado. Sin embargo, el relato deja claro que el verdadero „listo“ no es quien se aprovecha de los tontos, sino quien sabe valorar el aprendizaje y la convivencia en armonía.

La narrativa también destaca que el exceso de avaricia o aprovechamiento de la ingenuidad ajena puede llevar a una moralidad cuestionable. En realidad, el campesino demuestra no una inteligencia superior, sino un oportunismo que, aunque recompensado en el cuento, podría sugerir una crítica a aquellos que se consideran por encima de los demás por su capacidad de engañar o manipular.

La moraleja que podría extraerse de la historia es que las verdaderas ganancias no siempre son materiales y que subestimar a los demás puede llevar a una percepción distorsionada de uno mismo. Además, resalta que en algunas situaciones, como la que enfrentó el campesino, la verdadera necedad puede radicar en la arrogancia y la falta de empatía.

Análisis lingüístico del cuento de hadas

El cuento „Gente lista“ de los Hermanos Grimm es un relato humorístico que explora el tema de la estupidez humana a través de situaciones absurdas y el engaño. En este análisis lingüístico, examinaremos distintos aspectos del cuento, tales como el uso del lenguaje, los personajes, los temas principales y el estilo narrativo.

Uso del Lenguaje

Lenguaje Coloquial: A lo largo del cuento, el lenguaje utilizado es simple y directo, lo que lo hace accesible y fácilmente comprensible. Las conversaciones entre los personajes son coloquiales y reflejan un tono cotidiano y rural.

Repetición y Enfásis: Se utilizan repeticiones, como el tiempo de espera de „tres días“ y las interacciones donde se refleja la insistencia en lo obvio, para enfatizar el carácter necio de los personajes.

Sarcasmo e Ironía: La narrativa emplea el sarcasmo, especialmente en las reflexiones del campesino, para subrayar la estupidez de las situaciones. Al final, la ironía predomina cuando el campesino se felicita de haber encontrado a personas más tontas que su esposa.

Personajes

El Campesino: Es un hombre rudo y práctico, consciente de la limitada inteligencia de su mujer. Se ve obligado a buscar pruebas conceptuales de que hay gente más tonta que ella para evitar cumplir su promesa de castigarla.

La Esposa del Campesino (Lina): Representa la simpleza extrema y la obediencia ciega. Su credulidad refleja un carácter ingenuo que la coloca en situaciones absurdas.

La Mujer con la Carreta: Su interacción con el campesino subraya un nivel aún mayor de ingenuidad, ya que cree sin cuestionar la inverosímil historia del hombre „caído del cielo“.

El Hijo de la Mujer: Se añade al desfile de personajes ingenuos al aceptar fácilmente que un desconocido podría haber bajado del cielo y colaborar en su supuesta misión.

Temas Principales

La Estupidez Humana: El tema más evidente es la necedad humana, ilustrada por la facilidad con la que los personajes son engañados.

Aprovechamiento de la Ignorancia: El campesino representa a aquellos que se aprovechan de la ignorancia de otros para beneficio personal.

Moralidad Ambigua: A diferencia de otros cuentos de hadas donde las enseñanzas son claras, aquí la moralidad es ambigua. El campesino, el personaje „listo“, no es moralmente superior; simplemente saca provecho de las situaciones.

Estilo Narrativo

Estructura Lineal: La narración es lineal, progresando desde la situación inicial entre el campesino y su esposa, a través de los encuentros con otros personajes hasta el desenlace.

Narrador Omnisciente: El cuento está narrado en tercera persona por un narrador que conoce los pensamientos y sentimientos de los personajes, ofreciendo una perspectiva completa de la ridiculez de las situaciones.

Tono Humorístico: El relato está diseñado para entretener a través del humor, derivando comedia de la inocencia exagerada y la astucia igualmente extrema del protagonista.

En resumen, „Gente lista“ de los Hermanos Grimm es un cuento que retoma elementos tradicionales de los cuentos de hadas, pero los presenta a través de una narración irónica y humorística que juega con el tema de la estupidez humana. El lenguaje simple y las situaciones absurdas sirven para subrayar el tema central del cuento.


Información para el análisis científico

Indicador
Valor
NúmeroKHM 104
Aarne-Thompson-Uther ÍndiceATU Typ 1384
TraduccionesDE, EN, DA, ES, PT, FI, HU, IT, JA, NL, PL, RU, TR, VI, ZH
Índice de legibilidad de Björnsson29.9
Flesch-Reading-Ease Índice41.4
Flesch–Kincaid Grade-Level10.6
Gunning Fog Índice13.5
Coleman–Liau Índice8.9
SMOG Índice12
Índice de legibilidad automatizado4.7
Número de Caracteres7.388
Número de Letras5.631
Número de Frases106
Número de Palabras1.343
Promedio de Palabras por frase12,67
Palabras con más de 6 letras231
Porcentaje de palabras largas17.2%
Número de Sílabas2.422
Promedio de Sílabas por Palabra1,80
Palabras con tres Sílabas282
Porcentaje de palabras con tres sílabas21%
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